En la mayoría de los estados dentro de Estados Unidos, una demanda por un accidente automovilístico es una opción en caso que el accidente haya sido responsabilidad de alguien más. Pero, ¿es realmente una buena idea llevar el caso hasta los tribunales?
Supongamos que usted resultó lesionado en un accidente automovilístico y presentó un reclamo ante la aseguradora del otro conductor, pero la negociación y el acuerdo se han quedado estancados. Usted y/o su abogado no pudieron lograr que se le pague lo que consideran que es justo. ¿Sería buena idea aceptar lo que le ofrecen o sería mejor presentar una demanda por accidente automovilístico?
Solo hay una razón que justifica presentar una demanda por accidente automovilístico (o cualquier tipo de demanda por lesionas personales, de hecho), y esta es el dinero. El motivo por el cual los demandantes presentan sus demandas, es cuando buscan obtener una compensación justa por sus lesiones. Si no percibe a su contraparte dispuesta a negociar una oferta justa, una demanda podría ser su mejor opción.
Cuando su caso vale mucho mas de lo que ofrece la aseguradora.
Los litigios por lesiones personales se reducen a dinero. Si su abogado cree que su caso vale mucho más de lo que la aseguradora le está ofreciendo y es poco probable que ésta aumente su oferta en las negociaciones de mediación previas a la demanda, entonces es hora de presentar una demanda.
Pero ¿qué tan alejadas tienen que estar las consideraciones de ambas partes antes de decidir presentar una demanda? Es en este momento donde usted debe recordar que las pretensiones por las lesiones ocasionadas en accidentes automovilísticos no tienen un valor específico. De hecho, estas cuentan con un rango completo de valores estimados.
Este rango se justifica en que parte de un reclamo de esta índole lo conforman el dolor y sufrimiento de la parte afectada, y estos no están sujetos a un valor específico. Entonces, se puede decir que un reclamo no vale $70,000 dólares. En cambio es más exacto decir que el caso vale entre $60,000 y $80,000 dólares. Cuando se visualiza el valor de un reclamo de esta manera, se obtiene una idea más clara de cual debería ser el objetivo monetario de su acuerdo dentro de los rangos estimados (siempre aspirando a inclinarse hacia el extremo superior).
Ejemplos de cuando negociar y cuando demandar.
En caso de que usted y su abogado hayan valorado su caso de accidente automovilístico en un rango de $60,000 a $80,000 y la oferta final de la aseguradora, previa a la demanda, sea de $72,000 lo mejor será tomar la oferta y resolver el caso. Esa es una decisión fácil. Si la oferta final de la aseguradora, previa a la demanda, es de $58,000 dólares, probablemente lo mejor que podría hacer es tomarla también, ya que se encuentra bastante cercana a la valoración del caso. Otra decisión fácil es si la oferta final es de $30,000; en ese caso, lleve el caso a la corte.
Revisemos un caso más difícil. Digamos que la oferta final de la aseguradora es $50 mil. En ese caso, es perfectamente comprensible que usted busque presentar una demanda legal. La oferta está lejos de la valoración real del caso. Pero recuerde, que si lleva un caso a la corte, usted no podrá sugerir una negociación en, por al menos, algunos meses. Esto se debe a que una vez que el caso está en los tribunales, el abogado defensor llevará a cabo una investigación previa al juicio, y la aseguradora no estará interesada en considerar negociaciones hasta que se concluyan estas diligencias y el abogado le proporcione las recomendaciones pertinentes para la negociación.
Asimismo, tome en cuenta que si presenta una demanda, los gastos de bolsillo de su abogado comenzarán a aumentar de manera significativa y existe la posibilidad de que un nuevo acuerdo no represente incremento considerable de dinero comparado con la oferta previa.
Digamos que previo a la demanda los honorarios de su abogado son de $1,000 dólares. Con una oferta de $59,000 y un acuerdo de tarifa de 1/3, su abogado estaría devengando $19,600. Usted estaría recibiendo $39,300 netos del acuerdo. Supongamos que usted rechaza la oferta y lleva el caso a los tribunales. Después de un año de investigaciones previas al juicio, la aseguradora incrementa la oferta a $74,000 dólares pero los honorarios de su abogado aumentaron a $7,000. Después del 1/3 de pactado con su abogado, usted estaría recibiendo $42,300 netos del acuerdo, un año después. ¿Valió la pena la espera de un año para obtener $3,000 más? Eso solo usted podrá decidirlo.
El tiempo y el incremento de gastos suelen demostrar que solo vale la pena llevar el caso al tribunal si usted y su abogado sienten que el caso vale sustancialmente más que la oferta de la aseguradora previa al juicio.
La opinión de su abogado es la clave.
Considere que, para bien o para mal, la opinión de su abogado es probablemente la más importante en lo que respecta a si proceder con una demanda es la movida correcta. Valorar un caso a primera vista no es cosa de otro mundo, pero tampoco es tan sencillo. Una persona promedio no suele conocer esta información (incluyendo liquidaciones anteriores y cantidades de veredictos en casos similares) que son tan necesarias para poder valorar el caso de manera certera y precisa.
En lo que respecta a su caso, lo mejor es confiar en su abogado. La relación cliente-abogado está basada en la confianza, después de todo.