Como demandar a un concesionario de vehículos usados en el tribunal de reclamos menores.

Demandar con éxito a los concesionarios de vehículos usados puede ser difícil. A diferencia de los concesionarios de vehículos nuevos, que suelen depender en cierta medida de su reputación en la comunidad en cuanto a honestidad, un buen porcentaje de los concesionarios de vehículos usados no tienen una buena reputación para empezar y sobreviven convirtiéndose en expertos en auto-protección.

El principal elemento de auto-protección empleado por los concesionarios de vehículos usados es la designación “tal cual” en el contrato de venta escrito. El vendedor puede elogiar un auto hasta el cielo, pero cuando usted lea el contrato, verá que se indica claramente que el vendedor no asume absolutamente ninguna responsabilidad por la condición del vehículo y que se vende “tal cual está –as is“.

Para demandar con éxito a un concesionario de automóviles usados, usted debe ser capaz de demostrar que:

• Sufrió una pérdida financiera (esto no es difícil si tuvo que pagar por una reparación), y
• Que el concesionario es legalmente responsable de sus daños.

Este segundo punto es a menudo el más difícil de probar. Casi con toda seguridad, el vendedor de coches usados testificará que no tenía forma de saber cuánto tiempo duraría un Ford de veinte años y que, por esta misma razón, el coche se vendió “tal cual”. El concesionario entonces le mostrará al juez el contrato escrito que no sólo contiene la designación “tal cual”, sino también que “este contrato escrito es el acuerdo completo entre ambas partes y ninguna declaración o representación oral hecha por el concesionario o cualquier vendedor es parte del contrato”.

¿Cómo puede luchar contra este tipo de cínico (semi) fraude? Lo cierto es que es difícil hacerlo después del hecho. El momento de la auto-protección es antes de comprar un vehículo, cuando usted tiene la oportunidad de hacer que un experto revise el vehículo y de obtener un informe detallado del historial del vehículo. Hay muchos recursos en línea para revisar el historial de un vehículo. Esto es particularmente más fácil si usted tiene el Número de Identificación del Vehículo (VIN). Además, usted tiene derecho a negarse a cerrar un trato a menos que las afirmaciones del vendedor sobre la condición del vehículo se pongan por escrito en el contrato. No obstante, después de que el daño ha sido hecho, un buen consejo como este no vale mucho. Si usted acaba de ser engañado por una concesionaria de vehículos usados, es probable que usted quiera saber si puede hacer algo ahora y qué es esto. A continuación, algunas sugerencias.

• La ley limón (lemon law) de su estado puede aplicarse a los vehículos usados. En algunos estados, la ley limón se aplica tanto a los autos nuevos como a los usados. Verifique si su situación está cubierta.
• Argumente fraude. Si el auto se averió casi inmediatamente después de que usted lo sacó del lote de autos usados, puede presentar una demanda en la corte de reclamos menores y argumentar que fue defraudado. Su teoría es que, sin importar lo que decía el contrato escrito, había una clara implicación de que usted compró un auto, no un montón de chatarra. Cuando el concesionario presente el contrato “tal cual” que usted firmó, argumente que no es una defensa contra el fraude.
• ¿El vendedor hizo promesas? Si el concesionario hizo alguna promesa, ya sea por escrito o verbalmente acerca del buen estado del vehículo, puede exigirle que la cumpla. ¿Por qué? Porque las declaraciones sobre un producto en el que usted confía, como parte de la decisión de comprarlo, constituyen una garantía expresa de que el concesionario ha incumplido si éstas resultan ser una mentira. Esto es verdadero incluso si el vendedor le hizo firmar un contrato con una declaración “tal cual” que niegue toda garantía, porque esta declaración no niega una garantía expresa si se hace una. La clave para ganar este tipo de caso es presentar un testigo de las declaraciones laudatorias del concesionario sobre el vehículo, copias de los anuncios que declaran que el auto está en buen estado y cualquier otra cosa que respalde su historia.
• Puede haber una garantía implícita. Hay dos tipos de garantías implícitas. El primero es la garantía implícita de ajuste, que significa que el vehículo está garantizado para trabajar en un propósito particular (por ejemplo, con consistencia). La garantía implícita más común es la de comerciabilidad. Aquí, usted argumentaría que el auto que compró estaba en tan mal estado que no cumplía con los estándares razonables que se esperan de un auto usado.
• Un remedio radical. Devuelva el coche y detenga el pago. Puede considerar que remolquen el auto de vuelta al lote y luego negarse a hacer pagos futuros. Esta opción debe considerarse sólo en una situación extrema, aunque cambia la carga de tomar acciones legales al otro lado. En el debido momento usted puede defenderse sobre la base del fraude (ver arriba). Si adopta este enfoque, asegúrese de tener una documentación excelente que demuestre que el auto estuvo por debajo de cualquier expectativa razonable. Y asegúrese también de escribir una carta detallando las circunstancias que rodearon sus dificultades extremas con el concesionario, junto con una declaración convincente de que, en conjunto, la conducta del concesionario equivale a un fraude al consumidor. Envíe copias al concesionario y al banco o compañía financiera a la que usted paga su préstamo. Por supuesto, es probable que ya haya hecho un pago inicial, así que incluso en esta situación puede desear iniciar una acción en el tribunal de reclamos menores para tratar de recuperarlo.
• Sepa que su calificación crediticia se verá afectada. Si deja de hacer pagos, aparecerá como un incumplimiento en su informe crediticio. Esto afectará su puntuación crediticia de manera significativa, así que piense muy bien antes de elegir este curso de acción.
• Cómo encontrar indicios de fraude. Si realmente sospecha que ha sido defraudado, consiga que un mecánico experimentado revise su auto y que escriba una carta explicando sus hallazgos. Si el mecánico puede encontrar evidencia afirmativa de que usted fue estafado, usted mejorará enormemente su caso de reclamos menores. Además, en estos casos, llevar los documentos al citatorio podrían ayudar. Específicamente, usted podría desear citar los registros del concesionario de automóviles, incluyendo cualquiera que indique el precio de compra del concesionario y la condición del auto cuando fue comprado. También podría ser útil averiguar el nombre del antiguo propietario del automóvil con la idea de ponerse en contacto con este. También puede revisar el historial del auto a través de un servicio en línea que pueda decirle si el auto es robado o recuperado, o si fue usado como un auto de alquiler o un taxi.
• Considere otros remedios además de la corte de reclamos menores. Estos pueden incluir la verificación con el State Department of Consumer Affairs o el Department of Motor Vehicles locales para ver si el lote de autos usados está regulado. En muchos estados, el DMV otorga licencias a las concesionarias de automóviles usados y esto puede ser muy útil para resolver disputas, particularmente cuando su queja es una de muchas contra el mismo concesionario por prácticas similares. Es buena idea ponerse en contacto con la oficina del fiscal del distrito. La mayoría de ellos cuentan con una división de fraude al consumidor, que puede ser de gran ayuda. Si usted puede convencer a alguien en la división de fraude que lo que le sucedió a usted estuvo mal, o si su queja resulta ser contra alguien que ellos ya han identificado como un criminal dudoso, probablemente llamarán al concesionario de autos usados para conversar. En teoría, la única tarea del fiscal es iniciar una acción penal, lo que no ayudará directamente a recuperar su dinero. Sin embargo en la práctica, las negociaciones a menudo pueden resultar en una restitución. En pocas palabras, esto significa que al vendedor de autos se le puede decir, “Mire, usted está justo en el límite de la ley aquí. Si usted limpia sus actos, lo que implica que se encargue de todas las quejas en su contra y se asegure de que no hayan más, cerraremos su expediente. Si no lo hace, le sugiero que contrate un buen abogado, porque va a necesitar uno”.