¿Sabía que en Estados Unidos un diagnóstico errado o tardío por parte de su médico puede conllevar a una demanda por mala praxis médica?
Un gran número de las demandas por mala praxis médica, se derivan de diagnósticos errados o tardíos de condiciones médicas, enfermedades o lesiones. Cuando el diagnóstico de un doctor conlleva un tratamiento equivocado, tardío o nulo, la condición del paciente puede empeorar o peor aún, puede ocasionar la muerte. Habiendo dicho eso, un error en el diagnostico en sí mismo, no es sustento suficiente para una demanda legal.
Continúe leyendo para conocer qué es lo que el paciente tiene que probar en una demanda por negligencia médica basada en un diagnóstico equivocado, los diferentes tipos de diagnósticos errados y por qué este tipo de diagnósticos son más comunes en las salas de emergencias.
Probando una negligencia médica basada en un diagnóstico errado.
La ley no establece que los doctores son legalmente responsables por todos los diagnósticos errados. De hecho, un paciente debe ser capaz de demostrar tres cosas para que una demanda por negligencia o mala praxis sustentada en un diagnóstico errado pueda proceder:
- Que existió una relación profesional vinculante entre el paciente y el médico.
- Que el médico fue negligente; es decir que no proporcionó un tratamiento de manera razonablemente hábil y competente.
- Finalmente, que esta negligencia causó una lesión real al paciente.
La mayoría de los casos por mala praxis médica dependen casi enteramente del segundo o el tercer elemento (o ambos).
¿Fue negligente su médico?
Un diagnostico errado o tardío en sí mismo no es evidencia de negligencia. Muchos médicos perfectamente preparados y capaces pueden realizar y realizan diagnósticos errados aún cuando hacen su trabajo con mucha dedicación. La clave es determinar si el doctor actúo de manera competente, lo cual envuelve a una evaluación de lo que hizo o no hizo el médico para alcanzar ese diagnóstico. Esto implica revisar el diagnostico diferencial que usó el médico para determinar el tratamiento.
El diagnostico diferencial es un método sistemático utilizado por los médicos para identificar una enfermedad o condición en un paciente. Basándose en la evaluación preliminar del paciente, el médico enlista los posibles diagnósticos en orden de probabilidad. El médico luego prueba la fortaleza de cada uno de los posibles diagnósticos llevando a cabo más y mejores observaciones médicas, haciendo preguntas más detalladas acerca de los síntomas y revisando minuciosamente el historial médico, ordenando exámenes de laboratorio o refiriendo al paciente con especialistas. Idealmente, un número de potenciales diagnósticos serán eliminados conforme la investigación avance y solo uno prevalecerá al final. Sin embargo, debido a la naturaleza incierta de la medicina, este no siempre es el caso.
Algunas veces, después de mayores investigaciones, el doctor podría descubrir información que provocará un cambio en la lista del diagnóstico diferencial.
En un caso de mala praxis médica basada en un diagnostico errado, el paciente debe poder demostrar que otro médico con la misma especialidad (o una similar) y bajo circunstancias parecidas, no habría realizado un diagnosticado errado de la enfermedad o condición del paciente. Prácticamente, debe poder probar una de dos cosas:
- Que el médico no incluyó el diagnóstico correcto en la lista del diagnóstico diferencial; lo cual si habría sido llevado a cabo por cualquier otro médico considerado hábil y competente.
- Que el médico incluyó el diagnóstico correcto en la lista del diagnóstico diferencial, pero falló en realizar las pruebas adecuadas o en buscar segundas opiniones de especialistas para comprobar la certeza o viabilidad del diagnóstico.
Errores en las pruebas del diagnóstico.
En algunas ocasiones, el doctor puede fallar al diagnosticar correctamente una condición médica después de confiar en los resultados imprecisos de las pruebas de laboratorio, radiografías u otros tipos de pruebas. Esto puede pasan por una de dos situaciones:
- Que el equipo del diagnóstico estaba defectuoso.
- Por un error humano. Por ejemplo, contaminación de las muestras, mezcla o confusión de las muestras, uso de un procedimiento incorrecto por parte del técnico, lectura incorrecta de los resultados o que el técnico o especialista no haya percibido algo en la radiología en las láminas de patología.
Si bien el médico podría de hecho no ser responsable de negligencia médica, en estos casos otra persona si podría serlo, por ejemplo el técnico que leyó de manera errónea los resultados del examen médico. El paciente debe poder demostrar que el error fue resultado de la negligencia también en estos casos.
¿El diagnóstico errado le causó daños al paciente?
El paciente debe demostrar también que el diagnóstico negligente o tardío del doctor causó que su lesión o condición avanzara más allá de lo considerado normal (comparando con el avance en un diagnóstico oportuno) y que este progreso tuvo un impacto negativo en el tratamiento. Por ejemplo, debido a un diagnóstico tardío de cáncer, el paciente tuvo que ser sujeto a un régimen de tratamiento más severo o el paciente falleció al no responder al tratamiento pues su cáncer hizo metástasis. Algunos pacientes pueden demostrar sus detrimentos aun si la condición todavía puede ser tratada. Por ejemplo con algunos cánceres un retraso en el tratamiento aumenta el riesgo de recurrencias.
En algunos casos raros en los que el médico diagnostica a un paciente con una condición o enfermedad que este no posee, el paciente podría alegar daños en forma de ansiedad, estrés, problemas médicos y gastos producto del tratamiento innecesario.
Hay muchas maneras en que los médicos y otros profesionales de la medicina pueden equivocarse al diagnosticar:
- Diagnóstico errado: este se da cuando el médico determina una enfermedad errónea. Por ejemplo, un doctor diagnostica a un paciente con un problema gástrico cuando el paciente está teniendo un ataque cardiaco.
- Falta de diagnóstico: el médico le proporciona al paciente una patente sanitaria limpia, cuando el paciente si cuenta con una enfermedad o condición médica.
- Diagnostico atrasado o tardío: el médico eventualmente hace el diagnóstico correcto, pero lo hace tardíamente. Los diagnósticos tardíos son de los errores más comunes.
- No reconocer las complicaciones: el médico realiza el diagnóstico correcto pero falla al identificar las complicaciones o factores que cambian o agravan la enfermedad o condición.
- No reconocer una enfermedad no relacionada: el médico diagnostica correctamente una enfermedad, pero falla completamente al diagnosticar una segunda enfermedad no relacionada con la primera.
Diagnósticos errados en la Sala de Emergencia (ER).
No es de sorprenderse, pero la incidencia de diagnósticos erróneos es mucho más alta en las salas de emergencia (ER). El aumento de presión y el poco tiempo con el que se suele contar, se convierte en menos tiempo para investigar los diagnósticos diferenciales. Además, la naturaleza severa de muchas enfermedades y lesiones tratados en las salas de emergencias implican que un diagnóstico errado o la carencia del mismo resultarán en perjuicios para el paciente.
En una sala de emergencia, las enfermedades o condiciones médicas menos comunes suelen estar sujetas a un diagnóstico errado. Asimismo, los padecimientos menos comunes en ciertas poblaciones son también difíciles de diagnosticar. Por ejemplo, una mujer joven que sufra malestares gástricos (un síntoma de ataques cardiacos) es menos probable que sea diagnostica de un ataque al corazón que un hombre de edad media con sobrepeso y con los mismos síntomas.
Algunos ejemplos de condiciones que son comúnmente mal diagnosticadas en una sala de emergencia incluyen ataques al corazón, derrames cerebrales, embolias pulmonares y meningitis. La apendicitis es mal diagnosticada en un 28% – 57% de niños y niñas debajo de los doce años, y cerca del 100% en infantes menores de esta edad.
Los casos de negligencia o mala praxis médica son estrictamente regulados por reglas complejas que varían considerablemente de estado a estado. Es importante contar con asesoría o representación de un abogado experimentado en este campo.