La causa probable es el punto clave de todo arresto en Estados Unidos. Tan es así, que para poder llevar a cabo un arresto o tan siquiera obtener una orden de arresto, antes de existir una causa probable que justifique el hecho.
Para establecer una causa probable, los agentes de policía deben poder señalar circunstancias objetivas que les lleven a creer que un sospechoso ha cometido un delito. Un oficial de policía no puede establecer una causa probable diciendo sólo algo como: “Acabo de tener la corazonada de que el acusado era un ladrón”.
Los jueces, no los oficiales de policía, tienen la última palabra sobre si existe una causa probable. Un oficial de policía puede ser sincero al creer que los hechos involucran una causa probable. Pero si un juez examina esa misma información y no está de acuerdo, entonces la causa probable no existe (o no existía, si la cuestión se decide después de un arresto).
Nótese que la causa probable puede haber existido en el momento del arresto aunque el acusado no haya hecho nada malo. Dicho de otro modo, un arresto es válido siempre que se base en una causa probable, incluso si la persona arrestada es inocente.
Información y la causa probable.
La pregunta del millón es: ¿cuánta información necesitan los policías para convencer a un juez de que emita una orden de arresto o para justificar un arresto sin orden judicial? En general, la causa probable requiere algo más que la mera creencia de que un sospechoso ha cometido un delito, pero no tanta información como la que se necesitaría para demostrar la culpabilidad del sospechoso más allá de una duda razonable.
Dado que la causa probable es un concepto abstracto, una definición firme de la misma es evasiva. Los tribunales tienen que determinar caso por caso si hay o hubo causa probable para una detención.
Ejemplos de causa probable.
Ejemplo: El oficial Johnson llega a la joyería Rare Stones momentos después de haber sido robada. Ve los vidrios rotos dentro de la tienda. Un hombre que dice llamarse Fox y ser el dueño, está en la escena. Tiene lo que parecen ser las llaves de la tienda y parece angustiado. Le dice a Johnson que un hombre, de aproximadamente 1,80 m de altura y más de 90 kilos de peso, asaltó la tienda a punta de pistola y escapó con anillos y relojes en una pequeña bolsa de papel marrón. Unos minutos después, a menos de una milla de la joyería, el oficial Johnson detiene un auto por exceso de velocidad. El conductor coincide con la descripción del ladrón, y en el asiento de al lado hay una pequeña bolsa de papel marrón y un par de relojes con las etiquetas de precio. Aunque el oficial Johnson no vio el robo en sí, el conductor coincide con la inusual descripción física del ladrón y tiene artículos parecidos a los que Fox declaró que le faltaban. Johnson tiene una causa probable para arrestar al conductor.