La mediación es un proceso sencillo en el cual las partes involucradas en un divorcio, contratan a una tercera persona, considerada neutral para que ayude en la negociación del acuerdo de separación. Es uno de los métodos más utilizados actualmente en Estados Unidos en los procesos de divorcio. Durante el proceso, el mediador se reúne con cada una de las partes, a fin de discutir y resolver varios temas relacionados con el divorcio, y ayudarles a alcanzar un acuerdo que sea respetado por ambos.
En este artículo le contamos cómo es el proceso de mediación y qué puede esperar del mismo.
¿La mediación puede usarse en todos los casos?
La mediación no es aplicable a todos los casos. Especialmente en casos en los cuales ha ocurrido violencia doméstica o intrafamiliar, la mediación debe ser cuidadosamente valorada en función de cada caso.
Aunque para algunas personas con experiencias de violencia en su relación han referido resultados positivos en el divorcio con participación de un mediador. Otras, por el contrario, refieren que resultó mejor opción la negociación de un abogado en su nombre, para no repetir durante la separación las dinámicas de abuso experimentadas en el matrimonio.
El mediador no puede imponer, ordenar, ni decidir por ninguno de los cónyuges. Esta condición (la mediación) hace el proceso muy vulnerable a las presiones que quiera ejercer cualquiera de los cónyuges, y puede acabar por retrasar o paralizar todo el proceso.
Por ello, en situaciones de violencia doméstica en las cuales, además, deban acordarse temas relativos a manutención, por ejemplo, quizá resulte necesario acudir a los tribunales en lugar de utilizar la mediación. Una vez elaborado el acuerdo de divorcio, puede utilizarse la mediación para atender otros temas relacionados con el proceso.
La mediación, paso a paso.
Cada mediador, conforme a su experiencia, ha desarrollado su propia metodología de trabajo. Sin embargo, las mediaciones pasan, generalmente, por las mismas fases.
1. Primera toma de contacto.
El proceso se inicia cuando se concerta una reunión con el mediador. Aunque algunos mediadores prefieren tener toda la información previo a la primera reunión, a otros les gusta reservar para esa primera reunión el momento en el que se informará sobre antecedentes del matrimonio, la familia y cuáles son los problemas que han conducido al divorcio. En su primera reunión, el mediador le hará saber cómo es el proceso y cómo se desarrollará. Así, todo el proceso de intervención de una tercera persona en el divorcio, resultará algo menos incómodo. Puede que algunas sesiones se realicen en conjunto con su cónyuge y otras quizás se hagan de forma separada. Todo ello a fin de que el mediador tenga la mayor cantidad de información sobre los puntos de vista particulares de cada uno.
Si tiene la duda sobre si su abogado debe acompañarle o no a las reuniones con el mediador, pregúntele al mediador y lleguen a un acuerdo entre todos. Por lo general los abogados sólo participan en algunas pocas ocasiones o incluso, en ninguna. Esto contribuye a reducir los costos de la separación. En algunas ocasiones puede firmarse con el mediador un acuerdo de confidencialidad. Así, se garantiza que la información manejada en las reuniones no trascienda a un juicio en caso de que se tome la vía judicial.
Aún en esta primera fase, resultará importante evaluar los puntos en los cuales ambas partes están de acuerdo y aquellos en los que se necesita construir un acuerdo. Teniendo claro lo que se necesita lograr, entre ambas las partes y el mediador puede establecerse cómo lograrlo. Algunos acuerdos que espera alcanzar requieren de más información y por eso el mediador le debe ayudar a conocer la información necesaria pidiéndole a cada parte su compromiso para traer algunos documentos en la próxima sesión.
2. La negociación de un acuerdo.
Al inicio de las negociaciones del divorcio, es probable que el mediador le sugiera atender primero temas más sencillos. Este es una estrategia que permite generar confianza y fomenta el compromiso para afrontar después los temas más difíciles.
Sin embargo, es necesario que tenga en cuenta que el proceso de negociación no es lineal. Quizás haya un avance rápido al comienzo y hacia el final el proceso se haga más lento. En especial porque puede existir la necesidad de reunir más información en varios puntos más difíciles de abordar. En todo caso, es función del mediador ayudar a mantener las negociaciones sobre su curso, animándoles a usted y a su cónyuge a expresar sus opiniones, posiciones y lo que es importante, fomentando la escucha mutua, haciendo más probable una resolución.
3. Completar el acuerdo.
Cuando concluyan las negociaciones y ambos cónyuges hayan encontrado una solución, tanto el mediador como los abogados estarán en condiciones de escribir un acuerdo. Este acuerdo puede incluir, en los casos en que aplique, aspectos relativos al cronograma de visitas para los hijos. Este acuerdo además, acompañará al resto de documentos de divorcio y será clave para la sentencia de divorcio. Un tribunal puede tomar el acuerdo y obligar su cumplimiento a cualquiera de los cónyuges que falte a los aspectos concertados.
Claves del éxito de la mediación en procesos de divorcio.
El éxito en el proceso de mediación depende en mucho de la disposición de las partes para negociar y comprometerse con los acuerdos alcanzados. Aunque ambos cónyuges tienen sus propias opiniones sobre temas específicos, no es motivo para rechazar la mediación y muy por el contrario es un razón de peso para considerar su uso. De hecho, en estos casos resulta especialmente útil la mediación, al ser un proceso con mucho potencial de resolver situaciones que, en principio, podían parecer imposibles y que, sin embargo, pueden alcanzar un acuerdo gracias al compromiso de las partes en realizarlo.
Entender la posición de su cónyuge no implica que tenga que estar de acuerdo en todo lo que diga o con sus opiniones. Sin embargo, es posible que una vez que usted entienda cuáles son las inquietudes y preocupaciones reales de su cónyuge, esto le permita tener nuevas ideas sobre cómo abordar sus aspiraciones y, por tanto, ayudar a construir un acuerdo de divorcio. Además, tenga en cuenta que sus esfuerzos por comprenderle, le animarán a hacer lo mismo, redundando en una mediación beneficiosa al final en sus resultados.
Por otro lado, estar abierto al compromiso significa que se está abierto también a escoger la mejor de las opciones entre varias alternativas de solución posibles. Es importante que sepa que usted no puede pretender simplemente presente sus ideas durante la mediación y que su cónyuge las acepte. Un compromiso que termina en una solución positiva es aquel que tiene en cuenta ambos intereses y logra concretar un acuerdo a partir de eso. Por eso, es importante que acepte que su cónyuge pueda tener ideas válidas, y que será necesario tomarse el tiempo para valorarlas en su justa medida en lugar de rechazarlas inmediatamente.