La mediación o conciliación no es un proceso tan formal como ir a la corte. Sin embargo, este proceso de resolución de conflictos involucra múltiples y distintas etapas diseñadas para conducir a un compromiso de beneficio mutuo.
Realizar una demanda puede ser algo costoso. Es ahí donde mediante la mediación, dos o más personas pueden resolver una disputa de manera “informal”, con la ayuda de una tercera parte la cual es neutral, llamada mediador o conciliador. De esta manera, puede evitar costosos litigios.
La mayoría de los mediadores o conciliadores están capacitados en solución de conflictos. Tome en cuenta que la capacitación y la experiencia de un mediador puede variar considerablemente dependiendo del costo de sus servicios. Por ejemplo, contratar a un juez retirado como mediador privado podría costarle una considerable suma de dinero por hora. Por el contrario, un abogado voluntario podría estar disponible a través de un programa de conferencia de conciliación patrocinado por el tribunal.
El papel del conciliador.
A diferencia de un juez y un árbitro, el mediador no decide sobre el resultado del caso. El trabajo del mediador es ayudar a las partes del problema resolver la disputa, a través de un proceso que alienta a cada parte a:
- ventilar la disputa,
- identificar las fortalezas y debilidades del caso,
- entender que aceptar menos de lo esperado es el sello distintivo de un acuerdo justo,
- acordar una solución satisfactoria.
El objetivo principal de la conciliación es que todas las partes encuentren una solución con la que puedan vivir y con la que se sientan tranquilos. Debido a que el conciliador no tiene ninguna autoridad para imponer una decisión, nada se decidirá a menos que ambas partes así lo acuerden. El proceso se enfoca básicamente en resolver problemas de una manera económica. Por ejemplo, si ambas partes han tomado ya en cuenta el costo del litigio y este les pesa más que descubrir la verdad o hacer vales las leyes.
Lo anterior no quiere decir que los méritos del caso no se toman en consideración a la hora del análisis. El conciliador evaluará el caso y resaltará las debilidades de cada parte.
¿Qué problemas se pueden resolver a través de una mediación?
Cualquier persona puede sugerir resolver un problema a través de la mediación. Las disputas con su vecino u otros problemas personales se pueden resolver en unas pocas horas sin necesidad de iniciar una demanda.
Cuando el litigio ha comenzado, es común que los tribunales requieran algún tipo de conciliación informal de disputas. Los siguientes son algunos casos en los cuales una vez iniciado un proceso, se necesita una conciliación como requisito:
- lesiones personales,
- disputa de una pequeña empresa,
- asuntos de derecho familiar,
- disputas con inmobiliarias, e
- incumplimiento de un contrato.
El tiempo que tomará resolver el problema dependerá de la complejidad de cada caso. Los casos sencillos suelen resolverse en medio día. En cambio, los casos más complejos requieren de un día completo, y las negociaciones continuarán una vez que finalice la conciliación. Si la conciliación no se resuelve, cualquiera de las partes puede presentar una demanda o continuar con el caso actual.
Etapas de la mediación.
Muchas personas piensan que la conciliación o mediación es un proceso informal en el que un mediador amigable conversa con las partes hasta que dejan a un lado las hostilidades y trabajan por un bien común. Esto no funciona así. La conciliación es un proceso de múltiples etapas diseñado para obtener resultados. Y sí, es menos formal que un juicio o arbitraje, pero hay etapas distintas en el proceso de la conciliación que explican la alta tasa de éxito de este sistema.
La mayoría de las mediaciones proceden de la siguiente forma:
Etapa 1: Declaración de apertura del mediador.
Después de que las partes se sientan en una mesa, el mediador explica los objetivos y reglas de la mediación. Alentando así a que cada parte trabaje en cooperación con la otra para obtener un acuerdo que beneficie a ambas partes.
Etapa 2: Declaraciones de apertura de disputas.
Se invita a que las partes describan la disputa y sus consecuencias. El conciliador también puede aportar ideas generales sobre una solución. Mientras una parte esté hablando, la otra no puede interrumpir.
Etapa 3: Discusión conjunta.
El conciliador podrá alentar a las partes a responder directamente las declaraciones de la otra, dependiendo de la receptividad de los participantes. Esto como un intento para definir los problemas.
Etapa 4: Asambleas o caucus privados.
El caucus privado es una oportunidad para que cada parte se reúna en privado con el mediador. Cada parte se ubicará en una habitación separada. El mediador irá entre las dos salas para discutir las fortalezas y debilidades de cada posición e intercambiar ofertas. El mediador continúa el intercambio según sea necesario durante el tiempo permitido.
Etapa 5: Negociación conjunta.
Una vez finalizadas las asambleas privadas, el conciliador podría reunir a las partes para negociar directamente, pero esto es inusual. El conciliador usualmente no vuelve a reunir las partes hasta que se llegue a un acuerdo o cuando finaliza el tiempo asignado para la mediación.
Etapa 6: Cierre.
Llegado un acuerdo entre las partes, el mediador pondrá sus disposiciones por escrito y pedirá a cada parte que firme el acta del acuerdo. Si las partes no llegaron a un acuerdo, el mediador ayudará a las partes a determinar si sería fructífero reunirse más tarde o continuar las negociaciones por teléfono.